18/10/09

Cubo de palomitas - Moon


Por fin he tenido la oportunidad de ir a ver la ganadora de este año del Festival de Sitges, aunque por desgracia su distribución en nuestro país ha sido bastante escasa (como pasa siempre) al ser una cinta independiente.

Sam (Sam Rockwell) lleva casi tres años en una base situada en la cara oculta de la Luna extrayendo HE3, la energía renovable del futuro. Ha pasado todo ese tiempo solo, únicamente con la compañía del ordenador central de la base, Gerty (Kevin Spacey), que posee inteligencia propia. Cuando apenas quedan un par de semanas para que Sam vuelva a la Tierra con su familia, empieza a tener extrañas alucinaciones que empezarán a hacer mella en él poco a poco.

Esta opera prima de Duncan Jones tiene muchísimas virtudes, ya que parte de un guión bastante simple, pero que a partir del desarrollo del personaje protagonista, consigue no hacerse aburrida y consigue mantener la tensión, y también cierta incertidumbre hacia lo que pueda pasar, ya que no se nos muestran todas las posibilidades desde un principio, siguiendo al protagonista hacia el descubrimiento de lo que realmente está pasando. Esto hace que la identificación con nuestro protagonista sea casi inmediata, ya que se nos muestra un hombre asustado que tiene mucho que perder. Igualmente, el personaje de Gerty, que aunque sea una I.A., es realmente humano y te lo crees a la primera, aunque su apariencia es la que se ocupa de marcar la distancia que hay en él entre hombre y máquina.


Jones también marca cierto estilo y buen gusto cuando nos muestra la superficie lunar, al igual que la base en la que se encuentra Sam, que a pesar de que prevalezca casi siempre el blanco de las paredes estructuras, todo tiene un toque de desgaste y vejez, lo que incrementa la vericidad del lugar, además de que las secuencias situadas fuera de la base, poseen cierto carácter fantasioso que le dan cierta personalidad.

La interpretación de Sam Rockwell en esta película es sobresaliente, a pesar de que es tremendamente complicado que apenas un solo personaje sostenga gran parte de la película, Rockwell lo hace sin problemas, sin una interpretación demasiado explícita, y con momentos totalmente dramáticos.

Por el apartado sonoro, el responsable de la banda sonora es Clint Mansell (El luchador, La fuente de la vida, etc.) y consigue darle un tono evocador que casa perfectamente con el tono de la película, sin tirar hacia temas surrealistas, además de poseer un tema principal difícil de olvidar.

Pocas pegas se le pueden poner a esta película, salvo que no es una película que le pueda gustar a todo el mundo, por su temática y su estilo de narración, salvo por ello es un film que recomiendo encarecidamente.


Nota: 8'5

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