22/5/10

Cubo de palomitas - Dentro del laberinto


Sarah (Jennifer Connelly) es una adolescente con mucha imaginación y algo caprichosa, odia a su madrastra y hermanastro y siempre la encargan cuidar del bebé, cosa que ella odia. Una noche, recita el pasaje de un libro que ella posee y que le permite invocar a los goblins para que se lleven a su hermano. Inmediatamente después, Sarah se arrepiente de ello, y debe atravesar el laberinto antes de 13 horas, sino su hermano se convertirá en goblin.

Una clásica película ochentera procedente de la factoría de Jim Henson (el creador de los Teleñecos), con un equipo técnico y artístico bastante destacable, como puede ser Terry Jones firmando el guión (ex-miembro de los Monty Python), producida por George Lucas y protagonizada por la ya más que consolidada Jennifer Connelly en su primer papel protagonista (¿o eso era en Phenomena?), y David Bowie encarnando al villano de la película. Está claro que la película no cuenta la historia fantástica definitiva, pero sí que cuenta con momentos memorables (como la escena del baile) y sobretodo, personajes carismáticos como Hoggle, Ludo y el propio David Bowie como Jared, el Rey de los Goblins. La película cuenta con momentos musicales, aprovechando el tirón artístico y comercial que ofrece el propio Bowie y que canta él mismo, aunque no son abundantes, en su conjunto se aleja un poco de la banda sonora musical que se encuentra en el film, pero no desentona.


En cuanto al reparto, David Bowie es lo mejor de la película, teniendo un papel casi co-protagónico, aunque no se abusa de él. Por desgracia Jennifer Connelly no tiene una interpretación tan maravillosa como nos tiene acostumbrados actualmente, pero la chica sólo tenía 16 años y ha mejorado un montón con el tiempo.

Poco más se puede comentar de esta película, salvo su aspecto visual. Lo mejor de todo son las marionetas que pueblan todas las escenas del film, tanto su diseño como su posterior ejecución, resultan convincentes y entrañables (salvo con las criaturas esas con plumas rojas y amarillas, donde el croma se marca una traviata). El diseño de los escenarios también es digno de mención, en conjunción de todo lo que forma parte del laberinto, sus paredes corrientes, como puede ser algunas de sus zonas, como las rocas parlantes y las manos que forman caras.

En resumen, una entretenidísima película que ha conseguido envejecer muy satisfactoriamente y que hace que te vuelvas fan de David Bowie al poco tiempo.


Nota: 7

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