11/3/11

Cubo de palomitas - Enredados


Rapunzel (Mandy Moore) es una joven que desde que tiene uso de razón, ha vivido en una torre enmedio del bosque, con la única compañía de su madre Gothel (Donna Murphy) y el camaleón Pascal, hasta que un buen día aparece por casualidad Flynn Rider (Zachary Levi), un joven bandido. Entonces Rapunzel ve una oportunidad de oro para poder salir de la torre y conocer por fin el mundo exterior.

La película número 50 de los estudios Disney, que tras la desafortunada Tiana y el Sapo y hacer varios tanteos en el campo de la animación 3D que no fueron demasiado satisfactorios, esta vez han conseguido hacer una película más que digna, volviendo a aquel terreno que la hizo grande: contar cuentos clásicos sin intentar ser demasiado actual, con la dosis justa de contemporaneidad. Es por ello que no nos llevaremos ninguna sorpresa a la hora de visionar esta película en cuanto a su historia o tipos de personajes, ya que es la típica película Disney, osease, argumento sencillo con unos protagonistas con un objetivo muy sencillo y marcado, centrándose más en que los personajes resulten simpáticos y la diversión esté asegurada. Esta película da todo eso y además posee bastante más encanto del esperado. La pareja protagonista es bastante carismática (sobretodo Flynn), Rapunzel es un personaje con el que es fácil empatizar, además de que los secundarios animales, como es el caso del caballo Maximus y el camaleón Pascal, son muy divertidos y son protagonistas de escenas bastante cómicas. Gothel es una villana como las de antes, muy similar a la bruja de Blancanieves, aunque con un toque bastante más bromista y sarcástico que le viene muy bien. Es por ello que la principal virtud de la película es que en muchos momentos no llega a tomarse demasiado en serio a sí misma, de forma que se guía muchas veces por la vertiente cómica, aunque la emoción también está ahí y se agradece.


En cuanto al aspecto visual, nos encontramos ante algo realmente impecable. Las expresiones faciales de los personajes son sobresalientes (las de todos y cada uno, cuando en alguna que otra producción de este tipo suelen descuidarse los secundarios, como en Beowulf), transmiten mucha vitalidad y energía, igual que el pelo de Rapunzel, donde se nota que han puesto todas sus ganas (era lo suyo), de forma que en cada plano veremos metros y metros de pelo suave y brillante que es difícil no creérselo. También se apuesta por una imagen muy colorista, de tonos muy vivos con cierto resplandor, cosa que va perfectamente con gran parte de la película. A destacar la física y textura de las ropas (la falda de Rapunzel parece seda auténtica) y demás elementos naturales, como el agua, y muchos efectos de luz.

Lo que más pueda fallar de una película como esta es, aunque esto seguramente ya vaya por gustos, son los números musicales. Aunque algunas de las canciones son bastante destacables y funcionan, como I've got a dream, la que cantan los mercenarios en la taberna, animada, divertida y muy clásica. Las demás quizás lleguen a crear cierta extrañeza al tirar por compases y melodías más actuales, como es el caso de When will my life begin o Mother knows best, pero como ya he dicho, va por gustos.

En definitiva, esperemos que esta no sea la excepción de las nuevas películas de animación Disney que valgan la pena. Divertida, inocente y agradable de visionar.


Nota: 7'5

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