6/12/11

Cubo de palomitas - Un método peligroso


Esta película cuenta la historia de Carl Jung (Michael Fassbender) y su relación con el famoso psicoanalista Sigmund Freud (Viggo Mortensen). Todo comienza cuando Jung debe tratar a Sabina Spielrein (Keira Knightley), una joven adinerada que tiene serios problemas de autocontrol y ansiedad relacionados con su infancia. Con el tiempo Jung acabará por enamorarse de ella y llevarán su relación más lejos de lo que ambos esperaban.

Lo cierto es que Cronenberg ha acabado alejándose totalmente del tipo de cine más orgánico y visceral que tanto le caracterizaba por algo más discreto, aunque también relacionado con la locura y la visceralidad, pero desde una vertiente más interna, y tratar una historia y unos personajes cuya vida y trabajo gira en torno al psicoanálisis me parece todo un acierto. Aunque puede resultar algo larga para los que no estén especialmente interesados en el tema del psicoanálisis (ya que gran parte de la trama gira en torno a eso, aunque se compensa en gran medida con la relación Sabina/Carl), lo cierto es que trata este tema con mucha solidez, gracias al carisma de alguien tan particular como Freud, donde se mantienen gran parte de los tópicos que giran en torno a él (su obsesión del subconsciente con lo sexual, por ejemplo). Esto se debe en parte al buen hacer de su reparto, aunque Viggo no llega a tener tanta presencia como cabría esperar, lo cierto es que su presencia más bien secundaria está bastante bien dosificada y otorga cierta comicidad cuando es necesario. Michael Fassbender ya está pasando a ser uno de los pesos pesados de la industria, aparte de ser uno de los actores de moda, consigue clavar un personaje tan rígido. Keira Knightley, aunque al principio cuesta un poco pillarla, ya que se nos la presenta en su etapa más extrema y alocada, cuesta digerirla al principio, pero según avanza el metraje se va relajando más y se aprecia mejor su actuación.





En cuanto a aspectos más técnicos, está claro que Cronenberg consigue una estupenda conjunción entre lo visual y sonoro (con lo musical, especialmente). Tanto el vestuario como la dirección artística son más que convincentes y efectivos, aunque nada especialmente novedoso para lo que ya se ha visto en anteriores producciones de este tipo. Pero sobretodo el manejo de la luz natural y algunos encuadres bastante extraños pero puntuales (como que sólo un trozo de la imagen esté desenfocada), le dan un toque especial a las escenas y aportan un toque menos corriente. Howard Shore realiza un trabajo excelente con la banda sonora, ya que suena con fuerza ya desde el inicio y aporta grandilocuencia y dramatismo constante.

Siendo breves, puede que no sea tan potente como Una historia de violencia (por citar una de las recientes y más distanciadas a su estilo visceral), pero lo cierto es que resulta interesante y demuestra una gran habilidad de estilo con el manejo de los actores y lo visual. Técnicamente por encima de la media. Además de que me despierta una sensación similar a lo que ya fue La red social, en su segundo visionado, cuando ya sabes lo que te espera, se torna mucho más disfrutable.


Nota: 7'5

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