11/12/11

Cubo de palomitas - In Time


Andrew Niccol, ese director y guionista que se ganó el respeto de muchos cinéfilos con Gattaca, se le fue la pinza con Simone y luego consiguió volver a levantar el vuelo con la estupenda El señor de la guerra, ha vuelto a la cartelera con In Time, una curiosa cinta de ciencia-ficción protagonizada por Justin Timberlake y Amanda Seyfried; donde en un futuro lejano la economía y la sociedad no se cimenta sobre el dinero sobre el tiempo de vida. Cada persona envejece hasta los 21 años, a partir de ahí tiene un año mínimo acumulado en su organismo, que puede irse ampliando ganándolo trabajando, recibiéndolo de otra persona, etc. todo ello sin envejecer un solo día más, pero cuando ese tiempo se agota, la persona muere. Will Salas (Justin Timberlake) es un joven que vive en la zona pobre del país con recursos bastante limitados, hasta que un buen día conoce a Henry Hamilton (Matt Bomer), un hombre con más de cien años acumulados en su brazo. Will consigue salvarle la vida y éste como agradecimiento le regala sus cien años restantes.

Desgraciadamente, a pesar de tener una premisa la mar de interesante, la película acaba yendo por otros derroteros después de unos estupendos 30 minutos, donde se nos presenta ese futuro distópico, al personaje, y la oportunidad que se le presenta. Después de eso la película se convierte en una especie de Bonnie & Clyde que, aunque no está mal en sí, ya que se complementa con la investigación policial y la búsqueda de los protagonistas encabezada por Cillian Murphy, lo cierto es que algunas cosas suenan a algo ya visto (ese complejo de Robin Hood que tiene Will regalando el tiempo que roba, por ejemplo). Por suerte el final resulta bastante satisfactorio y el carisma del villano es apreciable. Aunque la pareja protagonista no lo hace para nada mal (en especial Timberlake), lo cierto es que el personaje de Amanda Seyfried no da para mucho más, por lo que su presencia en la historia resulta poco gratificante. Quizás hubiera sido más interesante si el desarrollo de la historia hubiese ido por otros derroteros más relacionados con el espionaje, de forma que Will Salas fuera cargándose el sistema desde dentro. 

Lo cierto es que los toques futuristas que están elegantemente impresos en el film, como todo lo relacionado con el tiempo, la forma de distribuirlo, como se comportan los diferentes estatus sociales, etc. enriquecen en gran parte la película y consigue imprimirle un toque diferente a las demás cintas del género, cosa que se agradece. Aunque es inevitable comparar esta película con la primera del director, por aquello de coger a un protagonista socialmente marginado, la historia de amor, escenas en la playa, etc. Aunque se pueden considerar como marca de la casa y no como una falta de ideas.

En cuanto a ciertos apartados más técnicos, la película no se excede en apartados más digitales, como pueden ser escenarios claramente futuristas, coches voladores, etc. Es una ciencia-ficción muy similar a nuestra época, que básicamente se diferencia de lo actual por su apartado tecnológico y el diseño de vestuario (otro gran acierto del film). Los pocos efectos especiales que hay en el film pasan muy desapercibidos (salvo el accidente de coche, que chirría bastante), y eso se agradece bastante.

En definitiva, una interesantísima película que por desgracia no consigue aprovechar todo lo que debería los recursos argumentales que presenta, pero que resulta una buena película por su premisa original, su eficaz apartado visual y el buen hacer de su director.


Nota: 7

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