22/1/10

Bolsa de pipas - Grupo Salvaje


Una banda de experimentados atracadores, liderados por Pike Bishop (William Holden), se ven acorralados por un grupo de mercenarios liderados por Thornton (Robert Ryan), quien antes fue amigo de Pike. A la banda no le queda otro remedio que pasar la frontera hasta México para salvar el pellejo, aunque allí deberán lidiar con la autoridad del General Mapache (Emilio Fernández).

Uno de los clásicos del western y de las películas más famosas de Sam Peckinpah (Perros de paja), quien con su peculiar estilo a la hora de representar a sus personajes y de mostrar las escenas de acción, se hizo un hueco en la industria cinematográfica hace años, y aun su sombra sigue vigente. Y esta película es un claro ejemplo del estilo del director, unas escenas de acción rodadas con un montaje acelerado, que acabarca diversos puntos de vista, además de haber sido el precursor en el uso de secuencias a cámara lenta durante las escenas de acción. Aunque desgraciadamente a nivel de ritmo narrativo, esta película flaquea en algunos momentos, sobretodo alrededor de la mitad del film (dura dos horas y veinte minutos), ya que tiene un principio espectacular y prometedor, con algunas secuencias a lo largo de la película dignas de ser vistas y un final apoteósico, con un tiroteo, aparte de frenético e intenso, poniendo toda la carne en el asador.


Otro de los puntos positivos, es la disparidad de personajes que pululan por el film, la banda protagonista tiene un carisma desbordante, al igual que otros personajes como Thornton, que aunque comienza siendo el villano, se va descubriendo que no es tan malo como creemos. A destacar la interpretación de William Holden (Sabrina), quien ejecuta a la perfección el papel de jefe de la banda (creo que es por el bigote, que le hace parecer más duro), y tampoco se queda atrás Ernest Borgnine (La aventura del Poseidón), el segundo de a bordo, Dutch; al igual que Robert Ryan (Doce del patíbulo) como antagonista, cuya presencia se iguala a la de Holden, a veces pareciendo ser más el bueno que él. Y es que esa es parte de la gracia de la película, los que creemos que son los buenos, no son tan buenos, ni los malos son tan malos, salvo Mapache, ese sí que es malo malo.

Destacable también su poderosa banda sonora, compuesta por Jerry Fielding (Johnny cogió su fusil), sin la iconicidad absoluta de Morricone, pero de todas maneras una música que se sostiene por sí sola y que crea un ambiente total. En definitiva, uno de los clásicos bien merecidos del western, que aunque por su ritmo no pueda ser (al menos para mí) una obra maestra absoluta, sí que es una gran película que merece la pena ver.

Nota: 9

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