4/6/11

Cubo de palomitas - X-men: Primera Generación



Hace mucho tiempo, el profesor Charles Xavier (James McAvoy) y Erik Lehnsherr (Michael Fassbender), alias Magneto, fueron amigos. Durante los años 60, un joven Xavier intenta reunir un equipo de jóvenes mutantes para evitar que Sebastian Shaw (Kevin Bacon), líder del Hellfire Club (formado también por otros mutantes), consiga iniciar una Tercera Guerra Mundial provocando el enfrentamiento entre la URSS y EEUU. Deberá ayudar a esos jóvenes para que aprendar a utilizar sus poderes con autocontrol y para hace el bien, incluido Erik, quien lleva varios años tras la pista de Shaw, para poder así cumplir su venganza.

La película empieza de la mejor forma posible, con un pequeño Erik en los campos de concentración, que consigue manipular el metal inconscientemente cuando lo separan de su madre. El mismo inicio que la primera película de la saga, mismos planos, misma puesta en escena, aunque distintos actores, pero con la misma efectividad. Tras presentar a los otros pilares principales del film, Xavier y Raven (también conocida como Mística), la película continúa con un ritmo muy bien ajustado, presentando a los personajes varios años después, cuando los mutantes están empezando a salir a la luz y el gobierno comienza a investigarlos. Aunque la película llega a perder algo de ritmo cuando se acerca a su segunda mitad, lo cierto es que el desarrollo de los personajes se mantiene estable, y cada vez que vemos a Xavier y Erik juntos es un auténtico gustazo. Afortunadamente la película consigue remontar el vuelo perfectamente, brindándonos unos sobresalientes últimos treinta minutos, con unas batallas espectaculares y unos momentos dramáticos muy bien situados que permiten que nos dejemos llevar más por la emoción del momento y todo lo que significa ese enfrentamiento que no por el poder en sí de las imágenes.


Esta película se podría situar entre las mejores de la saga, al nivel de X-men 2 (según mi ránking personal, claro está), bastante por encima de las dos últimas, así que aquel seguidor de la saga cinematográfica no va a quedar para nada decepcionado. Los guiños a las anteriores películas son frecuentes y la mayoría de las veces bastante acertados (en especial los cameos). Para ir abreviando, nos encontramos ante una notable película y muy buen film de superhéroes, un blockbuster de tomo y lomo que sabe cuándo tomarse en serio a sí mismo, que respeta a sus propios personajes y al espectador. Las secuencias de acción son espectaculares (siempre dejando lo mejor para el final, eso sí), y aunque los efectos especiales no estan muy equilibrados durante toda la película cumplen de sobras. El diseño de producción es excelente, al igual que su banda sonora, que por suerte no es un refrito de las anteriores y tiene esencia propia. Pero lo mejor de todo es su reparto.

El dúo protagonista hace un papel muy a la altura, en especial Michael Fassbender, que además tiene el mejor personaje de todo el film, por lo que puede lucirse siempre que lo desea. Kevin Bacon funciona perfectamente como principal villano de la cinta, sobretodo al inicio. A destacar también Jennifer Lawrence, quien interpreta a Mística, y que en esta película tiene bastante relevancia, y de cerca le sigue Bestia. Por desgracia no hay tiempo para todos los personajes y aunque algunos son bastante planos, resultan suficientemente creíbles, como Banshee (sus secuencias de acción son impresionantes) y Caos. Algunos de los villanos no corren la misma suerte, siendo relevados a un muy segundo plano, sobretodo Azazel y Riptide, por suerte Emma Frost está bastante bien aprovechada, y se presenta como un personaje bastante atractivo (en más de un sentido) y aprovechable.


Nota: 8

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