21/11/09

Cubo de palomitas - Le llaman Bodhi


Johnny Utah (Keanu Reeves) es un novato agente especial del FBI que busca dar el pelotazo como agente desenmascarando a una banda de atracadores de bancos conocida como Los Ex-presidentes. Han atracado más de 30 bancos en tres años, siempre en menos de minuto y medio y sin que haya heridos. Su veterano compañero, Pappas (Gary Busey) lleva tiempo investigando a los delincuentes y sostiene la teoría de que podrían ser surfistas, por lo que tras tener una pequeña lista de sospechosos, Johnny se infiltra entre ellos como surfista para descubrir a los culpables.

Una de las películas más conocidas de su directora, Kathryn Bigelow (The Hurt Locker). Una de esas películas que aún guarda entre sus entrañas resquicios de los ochenta (como pueden ser los cardados y los colores llamativos) y protagonistas famosetes para dar el pelotazo. Por ello que nos encontramos con un jovencísimo Keanu Reeves, que aquí cumple con el papel, aunque aún no sé cómo lo hace para mantener la misma expresión facial durante más de un minuto, aunque su personaje es algo arquetípico, tiene momentos dramáticos bastante memorables (recordados en Arma Fatal como un auténtico momentazo) y también se cuenta con la figura del recientemente fallecido Patrick Swyze como líder de la banda de atracadores y gurú del surf, cumple muy bien el papel de villano, además de que su personaje goza de cierto carisma y es uno de esos villanos que no puedes odiar porque es malvado y majo a la vez. Gary Busey tiene quizá el papel más atractivo de la película, el del policía veterano fracasado, que goza de las mejores frases de la película y es el más admirable. Desgraciadamente el papel de la chica de turno, interpretado por Lori Petty, está algo desaprovechado a lo largo del film, aunque al principio se nos presente de forma algo atractiva, pero está ahí.


Narrativamente la película empieza de forma interesante y prometedora, aunque en la última media hora flojea el ritmo, y cuando parece que va a terminar, no lo hace, pero tampoco se llega a convertir en algo soporífero. Lo mejor de su guión son sobretodo sus diálogos, que consiguen ser lapidarios, irónicos y naturales al mismo tiempo, algo difícil de conseguir en el cine de acción, pero aquí funcionan a la perfección hacen más llevadera la película en sus momentos de flaqueza. La película cuenta con unas muy buenas escenas de acción, cuando las secuencias peligrosas se rodaban sin CGI, sobretodo la persecución (primero en coche, luego a pie) del personaje de Johnny a Bodhi, muy bien rodada y bastante espectacular. Por no hablar de la escena cumbre del film, cuando Johnny salta desde un avión sin paracaídas, que nos demuestra que a veces se puede ser increíblemente duro. Por ello hay que darle cierta enhorabuena a Bigelow, por haber decidido aprovechar muy bien los planos secuencia del film, que los hay a montones y están magníficamente bien, aunque se pueda abusar un poco de la cámara lenta en las escenas de surf, pero da a pensar que quizás sea porque el agua queda más bonita así, aunque se llega a abusar un poco.

Un último punto negativo sería su banda sonora, bastante floja con cancioncillas post-ochenteras que van con el tono de la película pero que han envejecido bastante mal. Aparte de ello, es una buena película de acción que vale la pena ver.


Nota: 7

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