Cubo de palomitas - Todo sobre mi desmadre

Tras Paso de tí y Dí que sí, el director y guionista Nicholas Stoller regresa con Todo sobre mi desmadre una comedia en la que a Aaron Greenberg (John Hill), empleado de una compañía discográfica, le asignan la difícil tarea de arrastrar a la estrella de rock Aldous Snow (Russel Brand) a Hollywood para dar un concierto, algo nada complicado si no fuera por que el rockero resulta ser un adicto al sexo y a las drogas, cansado del dinero y de que la gente le diga siempre lo que quiere oir, por lo que trata de buscar sentido a su vida y se empeña en ir a California a recuperar a su exnovia. De esta forma, a medida que se acerca el concierto Nicholas se vera sometido a numerosos altercados, juergas, y peleas, a causa de la alocada vida del rockero, lo que transformara su tarea en una batalla contrarreloj.

A los primeros minutos del film, la cosa parece estar un poco floja. Lo único que llama la atención son los cameos y de vez en cuando las excentricidades de Russel Brand, cuyo personaje parece estar basado completamente en el.Transcurren los minutos, y a excepción de algunos chistes o como yo llamo “paranoias” que no pueden evitar arrancarnos una carcajada de vez en cuando, se comienza a echar en falta ese desmadre que parecía prometernos. No obstante, prácticamente hacia la mitad del film, esta da un giro de 180º gracias a una escena ( tranquilos no soltare ningún spoiler). Una escena! En la cual todo ese desmadre y humor gamberro que tanto comenzábamos a anhelar aparece de golpe, y nos brinda 10 minutos completamente salvajes y de descojone continuo.

"¡El follador de mentes!"

Así, una vez cogido el ritmo este se mantiene, a excepción de algunas escenas tipicas en las que tratan de meter reflexiones sobre las lecciones de la vida, algo que no pinta mucho en este tipo de comedias ya que no aportan nada y solo logran que el filme decaiga.

Respecto a las interpretaciones, a pesar de que uno ante este tipo de comedias no se pare a pensar mucho en ello, habría que destacar a Russel Brand que como mencione antes este papel le va como anillo al dedo ya que parece estar basado en el. John Hill no decepciona en absoluto, como en la mayor parte de sus películas, pero pese a ello siempre, sea en la película que sea, le veré como Seth de Supersalidos, y eso hace que en ocasiones me resulte menos creíble. Finalmente, destacar, pero no a mejor, a Elisabeth Moss, puesto que su personaje resulta realmente irritante y cada vez que sale en escena lo que uno desea es que se valla por donde ha venido.

En conclusión una comedia entretenida, con algunas escenas desternillantes, perfecta para ver un día con los colegas o un día aburrido para desconectar un par de horas.

Nota: 6